El primer presidente negro de los Estados Unidos fue vendedor de helados para poder pagarse la matrícula de Derecho en la Universidad de Harvard. Hoy día dice detestar el helado.
Harrison Ford fue carpintero. Cuenta la leyenda que tras el rodaje de la película La Guerra de las Galaxias, George Lucas le contrató para que le hiciera unos apaños en su hogar. El actor jamás ha renunciado a su oficio pese a ser una gran estrella.
Sean Connery antes de ser actor se dedicó a abrillantar y limpiar ataúdes.
Johnny Depp vendía bolígrafos, ¡por teléfono!
Madonna dejó de vender donuts para dedicarse al mundo de la música.
Brad Pitt conducía limusinas y se vestía de pollo para promocionar un restaurante mexicano.
La líder de No Doubt, Gwen Stefani, tuvo que sacar brillo a los baños de la franquicia americana 'Daisy Queen'.
Noel Gallagher fue expulsado de la escuela por lanzar una bolsa de harina a su profesor, y después se le condenó por robo. El resto de su adolescencia transcurrió en el andamio, trabajando de obrero junto a su padre.
Russell Crowe tuvo que trabajar como camarero.
Pink, la chica mala del Pop, alcanzó la fama en 2000, pero poco antes tenía que ganarse la vida sirviendo hamburguesas y limpiando los baños de un McDonald's.
Colin Farrell daba clases de baile a señoras en su Irlanda natal.
Y Geri Halliwell, la que fuera Ginger Spice (en el grupo musical Spice Girls), ha trabajado para la televisión turca, como azafata de la versión local de 'El precio justo'.
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