Llega el presidente de una compañía y le dice al vicepresidente (ambos, por supuesto, sin otra cosa que hacer):
--Si hago el amor a mi mujer, ¿es cuestión de placer o de trabajo?
--¡Por la gloria de mi madre! -responde el vicepresidente- No tengo ni idea.
--Pues te doy una hora para que me des una respuesta.
El vicepresidente va entonces al vicepresidente adjunto (también tocándose las pelotas) y le suelta:
--Oye, si nuestro amado presidente hace el amor a su mujer, ¿es cuestión de trabajo o de placer?
Éste, que estaba en las nubes, tampoco tiene ni idea y el vicepresidente le dice que tiene 55 minutos para resolverlo.
... etc. etc. etc. ...
Total, que al final llega el jefe de sección y le dice al becario que estaba que no le cabía ni un sólo papel más encima de la mesa y hasta arriba de curro:
--¡Becario, becario!, una pregunta.
--Joder, estoy liadísimo, -responde el becario.
--Una sola pregunta, muy importante.
El becario termina asintiendo y dice: --Bueno, ¿qué quieres?
--Que si nuestro amado presidente hace el amor a su mujer, ¿es cuestión de trabajo o de placer?
--¡Joder!, de placer -responde el becario.
--Pero, ¿cómo has contestado tan rápido? -pregunta extrañado su jefe.
--¡Porque si fuera algo de trabajo, me la estaría follando yo!
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